Patrimonio

Los elementos patrimoniales de la basílica son innumerables y de todo tipo: claustros, capillas, retablos, vitrales… a continuación os explicamos los más destacados.

Puerta románica

Vestigio de la iglesia románica que precedió al actual edificio gótico, son los elementos esculpidos de la que con toda probabilidad fue la puerta principal. Hoy se encuentran situados en la fachada que da al claustro, en el lado norte de la Seu, al lado de la puerta de Santa María. Se trata de un par de arquivueltas decoradas, que reposan sobre dos columnas coronadas por capiteles historiados, entre los que discurre un friso esculpido.

El tímpano, con la Madre de Dios y Jesús acompañados de ángeles, es una reproducción del original que, muy dañado, se guarda en una de las galerías claustrales. Los autores de la portada deben relacionarse con los que trabajaron en el claustro de Sant Cugat del Vallès y en la portada de la iglesia de Santpedor, los primeros años del S.XIII.

Espacio Oliba y claustro

Espacio Oliba

Aunque la ciudad y la iglesia de Manresa ya son mencionadas en el siglo ix, el origen de lo que son hoy hay que buscarlo en el año 1020. El 15 de julio de ese año, casi dos décadas después de la destrucción de la ciudad, la condesa Ermesenda y el obispo Oliba restablecían las posesiones de Santa María de Manresa en un término que abarcaba una serie de iglesias de los alrededores. De esta manera aseguraban los medios para el sostenimiento de una comunidad de canónigos y, más adelante, para la construcción de un nuevo templo románico junto al castillo condal del Puig Cardener. A su alrededor se fue consolidando el casco urbano.

Este espacio, popularmente conocido como «el claustro románico de la Seu», contiene importantes testigos de ese renacimiento empezado hace mil años. Los cuatro grandes arcos de medio punto del nivel inferior, hechos con sillarejo, pueden datar del propio siglo xi. Los de la arquería superior son más pequeños pero más elaborados, con sillares mayores y mejor tallados, parejas de columnas y capiteles esculpidos con motivos vegetales simples. Seguramente fueron erigidos en el siglo xii y nos indican que el nivel del suelo de la iglesia y la canónica románicas era muy parecido al actual.

El 15 de julio de 2020 se abre este espacio a las visitas turísticas para conmemorar el Milenario de la redotación de la iglesia de Santa María por parte del obispo Oliba.

El claustro

El claustre neoclásico, situado en un nivel superior, es del siglo XVIII. Lo conforman cuatro galerías compuestas por arcos de medio punto con pilares y ménsulas de piedra. Es bastante interesante su puerta de acceso, coronada por un arco canopial. En este espacio hay varias piezas de interés artístico, como el tímpano original de la portada románica.

Retablos góticos

El conjunto de cuatro retablos góticos de la Seu es uno de los más interesantes de este estilo de Cataluña: el de San Marcos y San Aniano; el del Espíritu Santo; el de San Nicolás; y el de la Trinidad.

Los otros retablos góticos de la basílica se han perdido con el paso de los años; algunas de sus partes se conservan en el Museo Episcopal de Vic. Los otros retablos actuales son fruto de iniciativas posteriores y sustituciones.

Retablo de San Marcos y San Aniano

Fue encargado inicialmente por el gremio de Zapateros al pintor Arnau Bassa (1346), para una capilla de la catedral de Barcelona. Cuando fue sustituido el retablo fue a parar a la capilla de San Marcos, a los pies del Puigcardener, hasta que el año 1902 se trasladó hasta la Seu.

En formato de tríptico, la obra presenta varios episodios de la vida del santo, desde que se convierte al cristianismo hasta el suplicio que lo lleva a la muerte. La presencia de simbología referente al gremio de zapateros es constante, especialmente evidente en la casulla de San Marcos, investido obispo por San Aniano.

Retablo del Santo Espíritu

El retablo más destacado de la basílica es el del Espíritu Santo de Pere Serra (1394), uno de los grandes pintores catalanes de la época. El tema central es la llegada del Espíritu Santo y fue encargado por el gremio de peleteros. Todas las escenas el retablo hacen referencia a esta manifestación divina, en doce episodios bíblicos que recorren momentos culminantes como la creación de cielo y de la tierra, la creación de Adán, el nacimiento de Jesús, el bautismo, la muerte y la resurrección, etc.

En la predela (parte inferior del retablo) se encuentra la representación central del Santo Entierro de Cristo que proviene de otro retablo (desaparecido) dedicado a San Antonio y es obra de Lluís Borrassà (1410).

Retablo de San Nicolás

Nicolás de Bari  es el patrón de la cofradía de los canónigos, los clérigos y los doctores. Estas cofradías encargaron el retablo dedicado a San Nicolás, que goza de un protagonismo compartido con San Miguel. Su autor, Jaume Cabrera, recibió el encargo en 1406 y el 1412 ya tenía la obra terminada y colocada en la capilla. No se conserva todo el retablo original, pero aún se pueden apreciar dos episodios de la vida de San Miguel y varios compartimentos relacionados con los miráculos de San Nicolás.  En el centro se encuentra una talla policromada de 1960 que representa un santo obispo. Anteriormente, en este espacio se encontraba, muy posiblemente, una imagen a gran escala de San Nicolás y San Miguel.

Retablo de la Trinidad

Antoni Marquès es el autor de este retablo, realizado entre 1506 y 1507. La imagen de la Trinidad aparece en el compartimento central con una pequeña imagen del canónigo Bernat Massadella, arrodillado, que fue quien encargó la obra a título personal. En el compartimento superior se encuentra la Virgen de la Esperanza acompañada del arcángel Gabriel, configurando una anunciación, y santa Inés, patrona de Manresa. En ambos lados aparecen escenas del Antiguo Testamento (creación de Eva, encuentro de Abraham con los tres ángeles y Moisés y la zarza encendida) y el bautismo de Jesús. En la predela hay cuatro espacios con los santos Andrés, Fructuoso, Agustín y Mauricio. El compartimento central de la predela corresponde a una imagen del Cristo de la Piedad, cuyo original se encuentra en el Museo Episcopal de Vic.

La clave de bóveda de la capilla también está protagonizada por la Trinidad.

El frontal Florentino

El Frontal florentino es un bordado extraordinario del siglo XIV hecho con hilos de seda, de plata dorada, sobre un doble lienzo de ligamento plano (tafetán). El dibujo preparatorio, que es también de una calidad excepcional, puede observarse en las zonas donde el bordado no se ha conservado. La obra está firmada – también con hilo y aguja – por el bordador florentino Geri di Lapo, bajo la escena central de la crucifixión: “GERI LAPI RACHAMATORE ME FECIT IN FLORENTIA”. El palio mide aproximadamente 91 centímetros de altura por 333 centímetros de ancho y representa tres escenas narrativas de la Niñez, Crucifixión y Pasión de Cristo

Por su brillante ejecución y belleza es considerado internacionalmente una de las obras maestras del bordado florentino, el llamado opus florentinum.

En 2022, la obra se ha restaurado en el marco del programa “Temps de Gòtic” (“Tiempo de Gótico”), impulsado por la Fundación Bancaria La Caixa y el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña. La restauración y adecuación de la capilla donde se expone actualmente la han llevado a cabo en el Centro de Restauración de Bienes Muebles de la Generalitat y el Servicio de Patrimonio Arquitectónico de la Generalitat con la colaboración del Obispado de Vic.

Órgano

El primer órgano documentado de la basílica es del año 1506. Durante la Guerra de Sucesión, en 1714, un incendio quemó el órgano existente que fue reconstruido, unos años más tarde, por los maestros organeros Anton y José Boscá.

El órgano actual se compró en 1957 para sustituir el que se quemó el  día 29 de abril de 1937 (durante la Guerra Civil) y es originario de la abadía de Montserrat. El año 1988 , se estrenó la ampliación de registros y la restauración que realizó el organero Blancafort.

El primer organista de la Seu de Manresa fue RNT. Miquel Aymerich del Bosch, en 1562.

En el año 2020, una comisión ciudadana presentó la campaña «Restauremos el órgano del corazón de Cataluña» con el objetivo de restaurar y ampliar el instrumento de la basílica. Para conocer y participar en la campaña consulta aquí el proyecto.

La música de la Seu

La Capilla de música de la Seu se constituyó el año 1611 con el objetivo de ensalzar las celebraciones litúrgicas con música y canto. En sus orígenes, el maestro de capilla era el responsable de los cantos  y también era su compositor. El primero en ostentar el título de maestro de capilla fue el Rndo. Jaume Canyelles el año 1625.La partitura más antigua que se conserva es el Responsorio de Navidad Verbum caro (1733), del maestro de capilla José Masvasí. En el archivo de la Capilla de música de la basílica se pueden encontrar obras de los principales compositores catalanes de música religiosa de los siglos XVIII-XX.

Actualmente, la Capilla sigue colaborando en muchísimas celebraciones de la parroquia y de la ciudad bajo la batuta de su directora, Mireia Subirana.

Antiguo coro

El coro, comenzado en 1394 y actualmente desaparecido, ocupaba el espacio de la nave central correspondiente a la tercera y cuarta tramada, sin llegar a tocar los pilares. En ese espacio cuadrangular la comunidad practicaba el canto coral. La sillería gótica, quemada durante la Guerra de Suceción de 1714, era obra de Macià Bonafé y Pere Llagostera, y fue realizada entre los años 1430 y 1442.

El muro de piedra de cierre y su ornamentación lo realizó Alonso de Baena en 1489, de pleno estilo gótico, y se destruyó en 1936. En el año 1715 se construyó un nuevo coro, con carpintería barroca tallada por el escultor manresano Josep Sunyer, que también se quemó durante la Guerra Civil en 1936.

Actualmente, los restos del coro están adosados en el interior del muro occidental de la Seu, enmarcando la puerta del atrio de la basílica.

Fragments de l’antic Cor,
ara a l’atri
l’antic Cor,
al centre de la nau

Capilla de los Favets

En medio del espacio central del claustro se levantó la capilla de la cofradía de la Purísima Concepción, dicha «de los Favets», de estilo neoclásico. Si bien parece, arqueológicamente, tener sus orígenes hacia el siglo XV la actual edificación es de principios del XIX.

Tiene una planta rectangular y ábside poligonal, con cubierta resaltada por una cúpula. Durante los trabajos de excavación de esta área se descubrió una interesante estratigrafía de tipo funerario desde la época alto medieval hasta el siglo decimonoveno.

Capilla de San Agustín

Se trata de la capilla canonical, una construcción anexa a la basílica y al claustro actual, que corresponde a los años 1681-1683, construida sobre una anterior. Es de factura barroca y dimensiones considerables, probablemente construida al mismo tiempo que el claustro nuevo. Es un espacio de gran amplitud, con acceso por el claustro, con un arco rebajado lateral a modo de ventanal y con salida lateral al claustro románico.

Es de aspecto noble y actualmente está museizado con cuadros sobre la vida del canónigo Mulet y ornamentos religiosos. En el suelo de la entrada se encuentra la sepultura del conde de Eck, oficial de las tropas austricistas que defendieron Cardona en el asedio de 1711.

Capillas laterales

El interior de la basílica tiene un buen número de capillas laterales que dan a las naves laterales y en el ábside.

En el interior del ábside hay siete, cinco en cada lado de la nave y, dando a la fachada principal de la Seu, está la capilla del Santísimo y el baptisterio. Las capillas absidiales son, entrando por el portal de Santa María y de izquierda a derecha, la del Santo Cristo, Virgen de Montserrat, San Marcos, San Pedro (contiene el órgano), San Nicolás, la de los Saera, y San José. A la izquierda de la nave, del portal mencionado hasta el fondo, está la capilla del Pilar, San Isidro, San Honorato, la Santísima Trinidad y la Soledad. A la derecha de la nave y por el mismo orden se encuentra la del Espíritu Santo, San Antonio M. Claret, Virgen de Lourdes, la Purísima, y ​​San Salvador. Casi todas las capillas están ocupadas por retablos y altares.

Capilla del Santísimo

Es una capilla de mediados del siglo XVII de estilo renacentista que aún conserva la vuelta de crucería. Anteriormente, tenía una talla barroca espléndida de Josep Sunyer (1715) que fue destrozada durante la Guerra Civil (1936). El año 1957 se instaló en la capilla del Santísimo el retablo que contiene actualmente, procedente del monasterio de Montserrat, de diseño pre modernista. La pieza se construyó el año 1887 y su centro es ocupado por una gran imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

Las claves de bóveda contienen el escudo de Manresa, el símbolo del pelicano y una imagen de San Tomás de Aquino. Los vitrales, modernos, representan las imágenes de la Virgen de los Dolores y del Carmen y San Luis Gonzaga, patronímicos de la familia Sanpera.

La puerta de hierro forjado antes estaba ubicada en la cripta. Fue dibujada por Alexandre Soler March y realizada por Manuel Masnou.

Baptisterio

Se encuentra en un extremo derecho de la fachada principal o de poniente. Fue levantado, en estilo neogótico, por el arquitecto Alexandre Soler March con la supervisión de Antoni Gaudí y fue inaugurado en el año 1921. Es de planta ochavada y contiene una pila bautismal de mármol del siglo XVII en medio del espacio.

A su alrededor hay un deambulatorio formado por ocho columnas cilíndricas con capiteles trabajados por Andreu Prunés con iconografía de estilo naturalista. En la clave de bóveda está representado el cordero divino. Cabe destacar que la puerta rejada neo-gótica del baptisterio fue dibujada, también, por Alexandre Soler March y sus ocho vitrales son de factura reciente, obra de la artista Nídia Esquius (2008).

Exteriormente el acabado piramidal de la capilla se convierte en una imagen característica del conjunto de la basílica.

Museo Histórico de la Seu

El acceso al Museo es a través de una escalera de caracol que queda situada junto al baptisterio. El espacio se inauguró en 1934 con el fin de conservar y exponer las obras de arte sacro que habían quedado en desuso, fuera del culto cotidiano. Entre las piezas más importantes que alberga destaca el Cristo Románico de talla de madera policromada (siglo XII) y el frontal florentino, un frontal de altar único en el mundo, una pieza textil pintada i bordada sobre lino, hecha en Florencia por Geri di Lapo y dado en herencia a la Seu por el manresano Ramon Saera el año 1357. Actualmente, el frontal se está restaurando en el Centro de Restauración de Biene Muebles de Cataluña (CRBMC).

En el Museo también hay fragmentos de retablos barrocos de los famosos talleres manresanos  Grau y Sunyer, un retablo dedicado a San Ponce (siglo XVI), una imagen de la Inmaculada (siglo XVII) y numerosos objetos de orfebrería y de indumentaria litúrgica.

El Museo puede abrirse a las visitas bajo demanda, avisando previamente antes de la visita.

Cripta

La cripta fue construida entre 1576 y 1578 con dimensiones reducidas y bóveda de crucería. Su retablo original (construido entre 1600 y 1602) fue sustituido en 1783 por un tabernáculo de mármol, obra del famoso escultor manresano Jaume Padró Cots, junto con ocho medallones barrocos con alto-relieves que decoran las paredes con motivos de la vida de los patrones de la ciudad. El tabernáculo fue dañado en 1936 y restaurado posteriormente y, en una enorme caja de vidrio, contiene las reliquias de los Cuerpos Santos (Santa Inés, San Mauricio y San Fructuoso).

En los inicios de los 70 del pasado siglo, se amplió la cripta por debajo de la nave central de la Seu, ofreciendo una mayor idoneidad para los actos litúrgicos. Actualmente se accede al espacio por unas escaleras situadas a cada lado del presbiterio, pero originalmente había tenido una entrada central, abierta a la nave de la basílica.

La Madre de Dios del Alba

La Virgen del Alba es la imagen que preside el templo desde el altar. La escultura gótica original de tamaño natural fue quemada intencionadamente en 1979. La actual imagen es una copia de la gótica y la reproduce fielmente, con un cirio en la mano derecha, Jesús y una bola del mundo en la mano/brazo izquierdos y con su actitud protectora hacia los manresanos.

La veneración de la virgen no es sólo patrimonio de la Seu sino que se extiende a toda la ciudad. Se dice que Ignacio de Loyola, durante su estancia en Manresa, también la veneró.

El día de celebración tiene lugar durante la Asunción, el día 15 de agosto.

 

Vitrales

La Seu tiene una gran rosetón en la fachada principal, otro de pequeño sobre el portal sur (conocido como “puerta de San Antonio”) y treinta vitrales historiados y policromados que responden a tres patrones constructivos diferentes.

En el incendio de la Seu de 1714 se perdieron muchísimos vitrales, por lo que muchos de los actuales son del siglo XIX y otros de hace cincuenta años. El nivel superior de vitrales corresponde a la nave central y el inferior a las capillas laterales, aportan luz exterior y una grandísima elegancia decorativa. Los más antiguos corresponden a diseños de Francesc Morell y Apel·les Mestres. Otros, ejecutados después de las destrucciones de la Guerra Civil Española, son de Joan Vila. En el baptisterio se encuentra una obra contemporánea de vitrales (2008) de la artista Nídia Esquius.

Campanario

Entre 1545 y 1592 se construyó el campanario encima de la parte románica del templo, en la vertiente norte, uno de los elementos más distintivos de la silueta del monumento y del perfil de la ciudad. El campanario tenía en la parte superior varias aperturas y culminaba con una balaustrada. En el siglo XVII se incorporaron las campanas y el reloj y a principios del siglo XX y hasta 1936, el campanario lucía una aguja que rompía su fisonomía gótica. La campana más antigua de la Seu fue instalada en 1522 y se llamaba de Santa Lucía. Actualmente, los diferentes toques suenan de las ocho campanas instaladas: la campana Mayor (1647) da la nota musical Re y pesa 1.200 kg. La de San Martín (1680), musicalmente Re #, es de 130 kg. Del año 1941 son la Santa María (nota musical Mi, 1.050 kg) y la Cristo Rey (nota musical Fa #, 750 kg).

Los Amigos de la Seu sufragaron cuatro campanas más: la de San Ignacio y Santa Lucía (nota musical Sol, 597 kg), la de los Santos Patrones (nota musical La, de 350 kg), la de San Miguel (nota musical Si, 298 kg) y la del Ave María (nota musical Re, 150 kg), que se estrenaron en 1974.

El campanario de la Seu tiene 30 metros de altura y se accede a él por la escalera de caracol de San Pedro.

Archivo de la Seu

En un local anexo a la basílica de la Seu se guarda su fondo documental. Después de varias vicisitudes, destrucciones y traslados, finalmente se pudo reunir en este espacio lo que se conservó del archivo capitular. La tarea de ordenación, hacia finales del siglo XIX, de Leonci Soler March fue fundamental, así como la de Joaquín Sarret y Arbós, que prosiguió su tarea. Actualmente, se guardan más de trescientos pergaminos, códices y cuadernos y medio millar largo de legajos, que provienen o estuvieron generados, fundamentalmente, por el capítulo de canónigos, la comunidad de beneficiados o la curia del veguer.

El Archivo de la Seu abre todos los sábados de 9.30h a 13.30h.