Entorno

La Seu, situada en lo alto del Puigcardener, forma parte del Centro Histórico de la ciudad de Manresa.

Manresa i alrededores

Para acceder al Puigcardener desde la ciudad y la plaza del Ayuntamiento, hay que subir la calle Baixada de la Seu, la cual tiene a la izquierda el Palacio del Veguer (s.XVII) y a la derecha, el conjunto de edificios medievales y posteriores anexos a la basílica.

Alrededor de sus caras laterales y del ábside hay el Parque de la Seu, flanqueado en su cara sur por la muralla de la ciudad y un amplio mirador sobre el risco que da al río, el Puente Viejo y la entrada monumental de Manresa, donde también está la torre de Santa Caterina. Des de este punto también se puede admirar el entorno del Geoparque de la Cataluña Central, reconocido por la UNESCO.

La fachada anterior da a la plaza de la Reforma y a su aparcamiento subterráneo. La escalinata de la Seu continúa con un descenso por terrazas hasta la plaza. Al pie de la colina del Puigcardener está la capilla medieval de San Marcos, sufragánea de la Seu.

A pocos metros de distancia de la basílica desde la puerta de Santa María, está el Calle del Balç, una calle del siglo XIV con centro de interpretación donde se explica la vida cotidiana del siglo de oro de la ciudad.

Las montañas de Montserrat son a pocos kilómetros de Manresa y desde la basílica se pueden contemplar unas vistas privilegiadas del macizo insignia de Cataluña.

A pocos minutos andando de la basílica se encuentra la Cueva de San Ignacio, conjunto arquitectónico convertido en Centro de Espiritualidad. San Ignacio de Loyola pasó 11 meses en la ciudad de Manresa y de esta experiencia surgió su libro Ejercicios Espirituales. Durante su estancia en la ciudad, San Ignacio rezaba habitualmente en la Seu, delante de la capilla de San José donde, para recordarlo, se ha instalado una estatua en honor al santo.

La basílica manresana se relaciona con las otras iglesias abiertas a las visitas de Cataluña a través de la red de Catalonia Sacra, un proyecto conjunto de los 10 obispados catalanes con la voluntad de dinamizar el patrimonio cultural de la Iglesia.